Interminable inevitable

jueves, enero 20, 2011

Cicl


Y yo que me jactaba de ser feliz, emocionalmente estable y de tener un gran vocabulario.
Tanto orgullo a la mierda. Tanta arrogancia, también a la mierda.
Con suerte ahora pueda dedicar mi atención a esto y a las cosas nuevas que tengo que proyectar para mi ahora nueva vida.
Una mierda. Justo a mí que me encantan los cambios.
Una sentencia, una condena. Y la misma pregunta siempre dando vueltas: ¿qué hice yo para merecer esto?
Y otra vez es Lunes, son las 5.45am, y no sé si bañarme o desayunar primero, me lavo los dientes y elijo que ropa ponerme.
Y después Martes, y hago lo mismo. Y así pasan semanas y días y años. Un límite. Un círculo. Siempre lo mismo.

Obvio que yo soy la aburrida a la que le encanta la rutina.

Casi me olvido, el otro día estaba viendo mi cartera de Roy Lichtenstein y pensaba que soy como un dibujo de él, colorida y bajonera.